1. Puede ser asintomático durante años
El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) puede estar en el cuerpo sin causar síntomas durante mucho tiempo. Algunas personas presentan síntomas parecidos a la gripe unas semanas después de la infección, como fiebre, fatiga y ganglios inflamados, pero luego pueden pasar años sin notar nada. Durante este período, si la persona no se hace pruebas, puede transmitir el virus sin saberlo. Por eso, es fundamental hacerse pruebas regularmente, especialmente si se ha tenido alguna situación de riesgo.
2. No discrimina por edad, género o estilo de vida
Aunque existen grupos con mayor vulnerabilidad, como personas con múltiples parejas sexuales, consumidores de drogas inyectables o quienes viven en zonas con alta prevalencia de VIH, el virus no distingue entre género, orientación sexual o nivel socioeconómico. Cualquier persona que tenga contacto con fluidos infectados (sangre, semen, fluidos vaginales o leche materna) puede adquirir el VIH.
3. El tratamiento antirretroviral permite una vida larga y saludable
Gracias a los medicamentos antirretrovirales (TAR), el VIH ya no es una sentencia de muerte. Con el tratamiento adecuado, las personas con VIH pueden vivir tantos años como alguien sin el virus y tener una buena calidad de vida. Además, si la carga viral se mantiene en niveles indetectables (gracias al tratamiento), el virus no se transmite a otras personas, incluso en relaciones sexuales sin protección. Este principio se conoce como «Indetectable = Intransmisible» (I=I).
4. No se transmite por contacto casual
Todavía hay muchos mitos sobre cómo se transmite el VIH. Es importante saber que no se contagia por:
- Abrazos, besos o caricias.
- Compartir platos, vasos o cubiertos.
- Uso de baños públicos o albercas.
- Picaduras de mosquitos o insectos.
El VIH se transmite principalmente por:
- Relaciones sexuales sin protección con una persona con VIH y carga viral detectable.
- Compartir agujas o jeringas contaminadas.
- Transmisión de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia (si no recibe tratamiento).
- Transfusiones de sangre con VIH (aunque hoy en día esto es muy raro gracias a los controles en bancos de sangre).
5. La prevención es clave
A pesar de que no existe una cura definitiva para el VIH, hay muchas formas de prevenir su transmisión, entre ellas:
Uso correcto de preservativos: Es una de las maneras más efectivas de prevenir el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
PrEP (Profilaxis Preexposición): Es una pastilla que pueden tomar personas en alto riesgo de adquirir VIH para reducir la posibilidad de infección.
PEP (Profilaxis Postexposición): Es un tratamiento de emergencia que se debe tomar dentro de las primeras 72 horas después de una posible exposición al VIH.
Pruebas de VIH regulares: Saber el estado serológico propio y de la pareja permite tomar decisiones inrmadas sobre salud sexual.
No compartir agujas o jeringas: Especialmente en personas que usan drogas inyectables.
Extra: mitos y realidades sobre el VIH
Todavía existen muchos mitos sobre el VIH, aquí algunos aclarados:
Mito: Tener VIH es lo mismo que tener SIDA.
Realidad: No, el VIH es el virus, y el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la etapa avanzada de la infección cuando el sistema inmunológico está muy debilitado.
Mito: No se puede tener hijos si uno de los padres tiene VIH.
Realidad: Sí se puede. Con el tratamiento adecuado y controles médicos, las personas con VIH pueden tener hijos sin transmitirles el virus.
Mito: El VIH se puede curar.
Realidad: No hay una cura definitiva, pero el tratamiento puede controlar el virus de manera muy efectiva, permitiendo que las personas vivan una vida normal.