Los niveles de glucosa en sangre se refieren a la cantidad de azúcar presente en la sangre en un momento dado. Aunque estos niveles fluctúan continuamente, es crucial que se mantengan dentro de un rango saludable para evitar problemas en el organismo.
Estos niveles están influenciados por lo que comemos y bebemos, especialmente alimentos ricos en carbohidratos, así como por la cantidad de insulina que produce el cuerpo y la respuesta de las células a esta hormona. Tanto niveles demasiado altos como demasiado bajos de azúcar en sangre pueden afectar negativamente la salud, tanto a corto como a largo plazo.
¿Qué significa tener niveles de azúcar en sangre altos o bajos?
¿Qué pasa si el nivel de azúcar en sangre es demasiado alto?
Se considera que los niveles de azúcar en sangre son excesivamente altos cuando superan los 200 mg/dL, condición conocida como hiperglucemia.
La hiperglucemia ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina, la hormona que el páncreas libera para permitir que la glucosa ingrese en las células y se convierta en energía. También puede presentarse cuando las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, impidiendo que la glucosa entre en las células.
Las personas con diabetes que no siguen un estilo de vida saludable, como aquellos que comen en exceso, no hacen ejercicio o se olvidan de tomar su medicación para la diabetes o insulina, suelen experimentar niveles altos de azúcar en sangre. Además, factores como el estrés, las infecciones o ciertos medicamentos pueden elevar estos niveles en diabéticos.
Incluso en personas sin diabetes, es posible experimentar hiperglucemia, especialmente durante enfermedades graves. Los síntomas de niveles altos de azúcar incluyen cansancio, aumento del apetito, pérdida de peso, sed intensa y micción frecuente.
Si los niveles alcanzan los 350 mg/dL o más, los síntomas pueden incluir sed extrema, visión borrosa, mareos, inquietud y pérdida de conciencia, junto con piel roja, seca y caliente. Sin tratamiento, niveles muy altos pueden causar cetoacidosis diabética o síndrome hiperosmolar hiperglucémico, ambos potencialmente mortales.
A largo plazo, mantener niveles elevados de azúcar sin control puede aumentar el riesgo de infecciones bucales, problemas cutáneos, osteoporosis, insuficiencia renal, daño nervioso, ceguera y enfermedades cardiovasculares.
¿Qué sucede si el nivel de azúcar en sangre es demasiado bajo?
Los niveles bajos de azúcar en sangre, o hipoglucemia, se presentan cuando la glucosa en sangre cae por debajo de 70 mg/dL. Esta condición es común en diabéticos debido a los efectos secundarios de los medicamentos antidiabéticos, especialmente la insulina, que pueden bajar excesivamente los niveles de azúcar.
En pacientes con diabetes tipo 1, que carecen de suficiente insulina, es necesario administrar insulina externa, comúnmente a través de inyecciones. Sin embargo, si la dosis es demasiado alta, puede llevar a una caída drástica en los niveles de azúcar.
La hipoglucemia también puede ocurrir si el uso de insulina o medicación no se acompaña de una ingesta alimentaria adecuada o si se realiza ejercicio excesivo.
No solo los diabéticos pueden experimentar hipoglucemia; personas sin diabetes también pueden sufrirla por causas como el consumo excesivo de alcohol, enfermedades como hepatitis o anorexia nerviosa, deficiencias hormonales, ciertos medicamentos (como la quinina), o al consumir accidentalmente medicación antidiabética de otra persona.
Cuando los niveles de azúcar en sangre son bajos, el cuerpo puede sentirse débil y sin energía, acompañado de síntomas como hambre, sudor frío, piel pálida, palpitaciones, hormigueo en la boca, inquietud e irritabilidad.
Si el nivel cae por debajo de 40 mg/dL, los síntomas pueden incluir confusión, dificultad para concentrarse, incapacidad para mantenerse en pie, contracciones musculares y convulsiones. Sin tratamiento, esto puede llevar a un derrame cerebral, coma e incluso la muerte.
Controla tu nivel de azúcar en sangre
Las pruebas de azúcar en sangre se recomiendan para quienes presentan síntomas de diabetes, como sed excesiva, micción frecuente y hambre constante. También son útiles para personas con antecedentes familiares de diabetes.
Las pruebas de azúcar en sangre, que se pueden realizar en casa con un glucómetro o en un hospital, ayudan a monitorear los niveles de glucosa para mantenerlos dentro de los límites normales.
Tipos de pruebas de azúcar en sangre
- Prueba en ayunas: Se realiza tras un ayuno de ocho horas para diagnosticar prediabetes o diabetes.
- Prueba de tolerancia oral a la glucosa (OGTT): Mide los niveles de glucosa dos horas después de ingerir una cantidad específica de azúcar.
- Prueba de hemoglobina A1c (HbA1c): Mide los niveles de glucosa en los glóbulos rojos, proporcionando un promedio de los niveles de azúcar en los últimos 2-3 meses.
- Prueba aleatoria: Puede realizarse en cualquier momento, aunque no se utiliza para diagnosticar diabetes, sino para monitorear variaciones en pacientes diabéticos.
Es importante consultar los resultados con un médico para determinar si los niveles son normales o si hay algún error en la medición. También es fundamental seguir las recomendaciones médicas sobre las pruebas y mantener un estilo de vida saludable para prevenir las complicaciones de los niveles anormales de azúcar en sangre.
¿Cuáles son los niveles normales de azúcar en sangre?
Los niveles normales de azúcar en sangre varían según el momento de la prueba:
- Después de comer: Menores a 140 mg/dL para personas menores de 50 años, menores a 150 mg/dL para personas de 50-60 años, y menores a 160 mg/dL para personas de más de 60 años.
- En ayunas: Menores o iguales a 100 mg/dL.
- Prueba aleatoria: Entre 80-120 mg/dL antes de comer o al despertar, y entre 100-140 mg/dL antes de dormir.
- Prueba de HbA1c: Menos del 7%.
Recuerda que los valores de referencia pueden variar según el laboratorio y el equipo utilizado. Es importante registrar los resultados, la fecha y las condiciones previas a la prueba.
Un resultado normal no siempre garantiza la ausencia de riesgo de diabetes, por lo que es recomendable consultar con un médico si hay síntomas o riesgo de desarrollar la enfermedad. Los controles deben realizarse con regularidad y bajo indicaciones médicas para prevenir los efectos adversos de niveles de azúcar en sangre anormales.